Otto Von Gebben murió una mañana de abril de un ataque al corazón tras haber destruido a martillazos la obra que le había llevado la mayor parte de su vida construir. A su entierro acudieron consternados sus familiares y amigos. Todo estaban convencidos de que Otto había sufrido un ataque de locura, y, con mi sombra oscilando sobre su tumba, me pregunté qué habría llevado a mi padre a semejante fin.
Soy Patrick Von Gebben, hijo de Otto Von Gebben, relojero hijo de relojero, que a su vez fue hijo de relojero, generación tras generación hasta donde se tiene memoria.
El proyecto en el que mi padre consumió su juventud fue construir la máquina de medición de tiempo perfecta.
(Continuará).
miércoles, 2 de marzo de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)